Ya no estas aquí
para tomar leche
y ensuciarte los bigotes.
Dejaste mi casa, la alcoba
en los cielos obtusos.
Me quede solo
sin tu escala de brincos.
Hoy tus pezuñas
quedan
descansan sobre otros pies.
Dejas filosofía
en las habitaciones oscuras.
En los muros
en la mudez
de mi vída cotidiana