Entrevista
a Dante Medina, para la
revista El Humo
por Alberto
Neri
Alberto Neri: ¿Cuándo nace la
idea de hacer ensayo para Dante Medina?
Dante Medina: Desde que supe,
en la prehistoria de mi vida adulta, que me interesaba la literatura. Estudiar
y aprender a hacerlo, eso ya fue otra cosa.
A. N.: Has ganado muchos premios
en Jalisco. Menciona los últimos cinco.
D. M.: No sólo en Jalisco,
también en otras latitudes. Yo soy un escritor de Jalisco, anclado en Jalisco —donde
vivo por voluntad propia y elección de vida—, pero me considero un escritor
cosmopolita.
En Jalisco he ganado el Premio Oca, el Premio de los
Libreros, el Premio Agustín Yáñez, El Galardón Enrique Díaz de León, el Premio
Jalisco.
A. N.: ¿Qué esperamos de Dante
Medina, el siguiente año?
D. M.: Lo mismo que en éste y
los anteriores: que siga escribiendo todo lo que quiero y publicando todo lo
que puedo.
A.N.: ¿En que librerías encontramos
tu libro El aborto como estrategia a la
venta?
D.M.: En ninguna. Es un libro
inédito. Ganó el Premio Nacional de Cuento “Agustín Yáñez” 2011. Probablemente
se publique primero en inglés que en español: mi agente literario ya lo ha
hecho traducir y está buscando una editorial que lo edite.
A. N.: ¿Alguna vez has pensado
en dejar la escritura y por qué?
D. M.: No, nunca.
A. N.: ¿Cuáles son las bases tuyas,
para hacer un buen cuento?
D.M.: Siempre estoy en estado
de creación. Cuando quiero escribir un texto, del género que sea, me lleno los
pulmones de ambición, el cuerpo de deseos, y todo yo de atrevimiento, y empiezo
a escribir.
A. N.: ¿Háblame de tu último
viaje a Francia qué hiciste allá?
D. M.: Por razones a la vez
profesionales y personales, todos los años voy a Europa, lo que incluye siempre
una estancia en Francia y en España.
Lo que hice en mi viaje reciente, del otoño de 2011, fue
refugiarme, en paz, en una ciudad media del norte, Valenciennes, y escribir una
novela breve con el tema de los celos. Luego fui a Rumania a entrevistarme con
mi traductor, y a París a saludar, comer, tomar un trago con mis amigos.
A.N.: Para Dante Medina, ¿qué
es primero, el concepto o la experiencia?
D. M.: Yo escribo como si
improvisara al piano.
A. N.: ¿Quién fue tu maestro de
buena literatura?
D. M.: Tuve a los presentes y
a los ausentes. Los locales y los habitantes de otras partes del mundo. Los
presenciales, y los que leí. Destaco, entre todos ellos, a Alejo Carpentier y a
César Vallejo; a Clarice Lispector y a Vicente Huidobro. Y, de viva voz, a Juan
Rulfo y a Juan José Arreola; José Luis Martínez y Antonio Alatorre; Adalberto
Navarro Sánchez y Elías Nandino.
A. N.: ¿Mencióname el día de
tu Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez, sabemos que sería para diciembre?
D. M.: Eso fue al año pasado,
el 2 de diciembre de 2011.
A. N.: ¿Alguna página web electrónica
donde los lectores de la revista el Humo te puedan leer?
D. M.: www.dantemedina.com
A. N.: ¿Dónde has impartido talleres?
Menciónalos.
D. M.: No. Yo no enseño a
escribir, porque ignoro cómo se hace. Soy un teórico de la literatura, así que
puedo explicar y transmitir los mecanismos técnicos de la escritura que utiliza
el arte; “crear” y “enseñar” a crear eso no sé hacerlo. En cada texto que
escribo intento entender, pero eso es sólo para mí, y luego olvido y vuelvo a
quedar en la ignorancia.
A. N.: ¿Cuándo surge la idea, de
la antología de la poesía religiosa con José Brú y Raúl Bañuelos?
D. M.: Surge en una cantina.
La que está aledaña al Roxy. Tomábamos un trago un mediodía, y la idea apareció
en nuestras palabras, en medio de la conversación. Vino porque supo que en
aquella mesa había tres personas con un enorme cariño a la poesía, y porque éramos
un equipo apropiado para la tarea: dos agnósticos, y un católico. Esto
garantizaba que la óptica sería la calidad literaria y no la fe; y así sucedió
con el resultado final, el libro Hablando
con Dios en español, del que se publicaron 7000 ejemplares. De él se
desprendió otro libro, más delgado, Cien
poemas para hablar con Dios en español, del que se tiraron 50,000
ejemplares, sí cincuenta mil, dije bien.
A. N.: ¿Qué significó para ti
el libro Ciento un poetas, ciento un pintores?
D. M.: Este libro nació de dos
de mis pasiones: la poesía y la pintura. Se me ocurrió que relacionar a un
poeta y a un pintor, en un espacio de vasos comunicantes, daría una
“exposición” pictórica en un libro poético. Y empezamos, los elaboradores del
libro, a buscar puntos en común entre el poema y el pintor, a quien se le dio
el texto para que buscara —o elaborara— una obra gráfica suya que dialogase con
el poema. Así nació y así se hizo.